17 ago 2009

Por què Uribe sigue teniendo tanta aceptaciòn?

Miren, yo creo que el establecimiento se asustó. Se asustó con lo que vio venir. Se asustó con lo que la guerrilla y las fuerzas de izquierda estaban haciendo y estaban pidiendo. Creo que el paramilitarismo es producto de ese miedo. De ese miedo a lo que venía y naturalmente de las dificultades que tiene el ejército para afrontarlo. Y las dificultades son enormes, y no son de carácter militar, pero sigamos, evitémonos problemas. La realidad, tal como yo la veo, es que el señor Uribe tiende hacia una forma de totalitarismo, que significa, en dos palabras, avasallar tanto al poder legislativo, chantajeándolo, como al poder judicial, reformándolo. Es decir, estamos en un proceso de formación de un despotismo o si ustedes quieren de una dictadura civil que ya está desconociendo la división de poderes y que naturalmente está desconociendo también las posibilidades de un fortalecimiento político de la oposición.


M aría Teresa Uribe: Yo voy a hacerte la última pregunta que no me resisto. Y es que bueno, nos has mostrado un panorama bastante oscuro, ya entendemos pues tu famosa frase de que regresas porque está peor y no porque esté mejor. Sin embargo hay algo paradójico y que por lo menos a mí me interroga todos los días: ¿frente a esta situación, cómo podríamos explicarnos la favorabilidad política del presidente Uribe, por lo menos en las encuestas, que sigue teniendo una alta aceptación, qué es lo que pasa ahí?

Alfredo Molano: La respuesta yo creo que es más bien sencilla: porque los ricos están felices. Y como los pobres queremos ser ricos nos le prendemos a esa ola. Sin embargo, ya hablando más en serio, yo creo que la responsabilidad de los medios de comunicación es muy grande en esta tramoya que nos están haciendo. Uno lee la prensa, oye los medios y vamos a hacer un ejemplo: todos dicen “la papaya sirve para curar el cáncer”, todos insisten, todos los días “la papaya sirve para curar el cáncer”, pueden cambiar papaya y ponerle seguridad democrática o cualquiera de esas nuevas frases y “sirve para curar el cáncer”. Y después le preguntan a la gente: ¿para qué sirve la papaya verde? Pues para curar el cáncer, naturalmente.

La gente de alguna manera con el cuento del Gran hermano, con el cuento de las telenovelas, la tienen absolutamente divorciada del país. Inclusive lo más dramático es que está divorciada de su propio bolsillo. Yo no entiendo cómo, me queda difícil entender, cómo golpean a Telecom y no pasa nada, golpean a la USO y no pasa nada, acaban con las empresas públicas, las privatizan y nada pasa. El día de mañana privatizan la Universidad y pasa poquito.

Caballero en estos días decía: vino Rums feld y hubo cuatro estudiantes de la Universidad Nacional que levantaron la mano y protestaron, de resto Rumsfeld entró, ordenó, determinó y se fue, y no pasó nada. Es decir, ¿qué está pasando en realidad? ¿Qué está pasando detrás de es e apoyo que han creado los medios al establecimiento? ¿Hay una esperanza de que de golpe podamos resolver el problema así? A veces me da la sensación a mí de que la gente ha sido engañada pero que en ese engaño hay una cierta ilusión de que de golpe se resuelve por aquí la cosa. ¿Cuánto dura eso? ¿Qué consecuencias tenga? ¿A dónde va a desembocar el país el día en que se desilusione y pele el cobre definitivamente el señor Uribe? Recuerden lo de Rojas Pinilla. Rojas Pinilla
también fue, aquí en la plaza de Berrío hace cincuenta años, convocó una manifestación de 300 mil personas, era el salvador del país, propuso la reelección, iba a ser reelegido, es decir, hay algo ahí que se parece. Y finalmente terminó en la debacle.

Pero en este caso yo creo que el clima internacional, el manejo del clima internacional, del terrorismo, esa intimidación en que nos tienen, le ha ayudado muchísimo a crear esta estafa en que nos tienen metidos. Finalmente, yo creo que ya hay ciertas fisuras en esa ilusión que le han creado a la gente. Lo que ha hecho el Partido Liberal no es despreciable, en el sentido de que estos que son políticos avezados ven que no todas las tiene ganadas Uribe, ven que están peligrando, la clase media se está moviendo, la universidad está otra ve z levantándose de s u avasallamiento. Finalmente, hay una izquierda que está levantando la cabeza aún a sabiendas de que se la van a cortar. Pero la está levantando. Y eso me parece a mí que le abre en este panorama de oscuridad alguna posibilidad a la vida.

Apartes de la entrevista a Alfredo Molano. E l 4 de septiembre de 2003, invitado por el programa Cátedra Pública — con el apoyo de la Gobernación de Antioquia, el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cada vid y Comfama— , sostuvo un diálogo con la comunidad académica en el Teatro Universitario.

Alfredo Molano sobre Colombia y el narcotrafico

María Teresa Uribe: Precisamente hablando un poco de eso y dado su profundo conocimiento de algunas de las zonas de colonización donde se produce coca y amapola y toda la complejidad que significan este tipo de cultivos en la realidad de las zonas de colonización, ¿qué opina de lo que dice nuestro inefable ministro de Gobierno de que en tres años se van a acabar totalmente en Colombia los cultivos de coca y amapola?

Alfredo Molano : María Teres a es muy generosa, él no dijo que en tres años, dijo que en tres meses. Pues yo creo lo mismo que creí cuando Rafael Pardo dijo hace tres años que la guerrilla duraba dieciocho meses. Lo mismo que están diciendo ahora. Dieciocho meses es una cifra que les suena a los militares, entre un año y dos años, dieciocho meses es mucho más que un año pero mucho menos que dos años. María Teresa toca un punto muy sensible en la situación colombiana. Ya es un lugar común decir que la coca es un producto de varias fuerzas: por un lado, de la demanda norteamericana; de otro lado, producto de la corrupción del Estado colombiano y de la empresa privada, y por otro lado, de la pobreza de los campesinos, resultado de la concentración de la tierra y de los procesos de colonización. Eso creo que lo tenemos todos claro hoy día.

Pero ninguno de esos elementos se ha tratado de resolver. No se ha resuelto el consumo en los Estados Unidos, no se ha resuelto ni se va a resolver la corrupción administrativa ni de la empresa privada, siempre s e habla de la corrupción administrativa del Estado, nunca se habla de que los corruptores del Estado son los empresarios, y menos aún del problema de la concentración de la tierra, de la miseria y de la exclusión de la gente. Por tanto no creo que la coca ni la amapola desaparezcan a muy corto plazo. Ahora bien, lo he dicho y ya es también otra tesis de dominio público, el hecho de que la fumigación simplemente desplaza el problema, lo desplaza de la zona fumigada a otra zona donde no hay fumigaciones. Y en esa carrera se ha venido acabando la selva, se han venido destruyendo los páramos. Pero la coca, el cupo de producción de coca nuestra sigue igual. Nos dice el gobierno que han fumigado 160 mil hectáreas y siguen en producción 180 mil hectáreas. El milagro es posible porque la gente se desplaza. El milagro es posible porque hay nuevas variedades de coca más productivas. E l milagro es posible porque la demanda sigue funcionando, sigue ampliándose, o por lo me nos se estabiliza. El milagro es posible porque la corrupción del ejército, de la policía, de la justicia, sigue intocable. Por tanto creo que esos dos años, o esos cinco años, es simplemente una forma de distraer la opinión pública y engañarla. Pero hay otro elemento que sí quiero tocar, aprovechando que María Teresa toca el punto. Nos han dicho que el Plan Colombia está destinado y orientado a acabar con el narcotráfico, buen principio, eso fue con Pastrana. Después nos han dicho “pero es que el Plan Colombia no es solamente el Plan Colombia, es que la coca se está regando peligrosamente por los países andinos”. Entonces, se inventan un Plan Colombia más amplio, más grandecito, que se llama Iniciativa Regional Andina. Y luego precisan más el concepto, nos dicen “es que el problema no es el narcotráfico, el problema es la guerrilla”. Y en alguna medida es cierto. Al establecimiento no le interesa mucho el narcotráfico, le interesa porque a los Estados Unidos le molesta, y le interesa porque le crea cierto desorden público. Pero le interesa fundamentalmente el narcotráfico porque es un chorro de dinero el que entra al país. Que es, de alguna manera, otro de los elementos que impide que el narcotráfico sea afrontado de una manera radical. Pero cada vez es más claro que el narcotráfico es un caballito de batalla para combatir la guerrilla, y lo peor, la guerrilla es un caballito de batalla para combatir la insubordinación popular, para combatir lo que la gente quiere, lo que la gente busca, lo que la gente está peleando. Me parece que el objetivo final no es el narcotráfico, no es la guerrilla, es más bien la gente. El objetivo final de toda esta gran estrategia que se está creando es reprimir a la gente para poder meter un modelo económico que va a golpear y está golpeando ya a la gente de una manera sumamente radical.
de: Alfredo Molano, E l 4 de septiembre de 2003, invitado por el programa Cátedra Pública — con el apoyo de la Gobernación de Antioquia, el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cada vid y Comfama— , sostuvo un diálogo con la comunidad académica en el Teatro Universitario.

Sobre los efectos psicosociales del uribismo

Muy a menudo el poder ha sido concebido como una característica o propiedad de la fuente de influencia, de modo que podía modular los efectos ejercidos sobre el receptor de influencia. Una fuente dotada de poder engendra mecanismos de sumisión, por miedo a los castigos o por deseo de gratificaciones; puede poner en marcha mecanismos de identificación, basados en el prestigio del poder, o simplemente activar hábitos, profundamente interiorizados, de obediencia sistemática a la autoridad. Estos mecanismos suscitan conductas de aquiescencia, de complacencia, de conformismo, de adhesión pública y explícita. En otros términos, el punto de vista que se manifiesta a partir de una posición de poder goza de muchas posibilidades para engendrar un automatismo comportamental por el que el sujeto se alinea con el discurso de la fuente.

tomado de: Tomás Ibáñez. Poder, conversión y cambio social. En S.Moscovici G.Mugny y J.A. Pérez (Eds.). La influencia social inconsciente. Barcelona: Anthropos, 1991. Pp. 263-285), 1987